Es en tardes tan hermosas como ésta cuando más te extraño...
Ese sol naranja intenso dibujando en el cielo un hermoso arcoíris
entre las aún presentes nubes de lluvia, esa sensación de humedad en el
ambiente, el pasto más verde que nunca, las plantas llenas de gotas de rocío,
el viento fresco de la noche ligeramente presente... Todo hace que te recuerde.
Te preguntarás qué tiene que ver eso contigo: ¡mucho! Es en momentos
así cuando desearía que estuvieses aquí y pudiéramos compartir todos estos
detalles tan hermosos, vivirlos juntos. Precisamente son estos últimos los que
me recuerdan lo hermosa que es la vida y aún más lo hermosa que sería si la
viviera contigo.
Me encantaría ver cómo se ilumina con el sol tu cabello, mientras
juego con él; sentir tu piel estremecerse por el viento frío y húmedo, pero
especialmente por las caricias que te doy; recostarnos en ese pasto húmedo mientras
te lleno de besos; buscar el frío de pretexto para perdernos en el abrazo más
intenso, y esperar a que salga la primera estrella, para pedirle como deseo que
guarde como fiel testigo este juramento de amor.
Tal vez no sea esa típica velada romántica que hoy en día se tiene en
mente, pero créeme que sería maravilloso tener la oportunidad de vivir un
momento así de mágico contigo. No son los grandes logros los que hacen a la
vida hermosa, es la vida misma la que es en sí hermosa; porque ésta está llena
de momentos y detalles que la hacen especial y única… Y que mejor manera de
vivirla que a tu lado.
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